El monstruo del lago de maracaibo

En los tiempos de la colonia, en maracaibo se empezaron a reportar personas desaparecidas cerca de la zona del lago, siempre que enviaban policías a revisar la zona nadie regresaba, paso un tiempo y la gente por miedo ni siquiera le podías nombrar el lago de maracaibo, gracias a la desinformación las personas que vivían alrededor del lugar empezaron a creer que había alguna clase de bestia o monstruo del demonio viviendo en el lago.

Luego de unos meses de tranquilidad, comenzaron de nuevo los ataques, pero las personas no desaparecían, los policías comenzaron a descubrir cadáveres, pero no eran cadáveres normales, tenían un aspecto muy tenebroso, como si no tuvieran nada de sangre en el cuerpo, se veían literalmente como pasas,

nadie entendía por que de repente estos cuerpos aparecían en el pueblo, no estaban tan cerca del lago, aparecían en los oscuros callejones tendidos en el suelo con un aspecto muy desagradable, ni los forenses en ese tiempo podían explicar lo que estaba pasando.

las personas se empezaron a inquietar por el miedo y la anarquía total atacaba a los pueblos cerca del lago y la iglesia estaba llena de gente.

hasta que un comisario de una de las ciudades corrió la voz de que se ofrecería una gran recompensa en monedas de oro al que lograra matar y traer el cadáver de aquel raro animal.

Muchos hombres salieron pero ninguno regreso, todos en el pueblo estaban muy asustados, todo el que salia no lo volvían a ver vivo, hasta que un chico se harto de estar encerrado y salio de la iglesia del pueblo, no tardaron 2 minutos y se escucho un rugido espantoso de esos que te ponen la piel de gallina y no supieron mas de aquel chico, nadie quiso salir a ver que pasaba.

luego de una semana la gente fue saliendo de la iglesia y a unos pocos metros encontraron un dibujo con un poco de sangre seca.

hasta ahora el 2012 no se encuentran registros de su muerte ni de su captura, así que si estas por ir cerca del lago de maracaibo te aconsejo que sigas de largo y no le hagas caso a nada, a menos que quieras morir de una forma horrorosa.